La Escuela del Sur es una serie de columnas escritas por Juan Pablo Cappello, co-fundador de PAG.law, como parte de nuestra alianza para promover emprendedores Latinoamericanos.


La Escuela del Sur: Cómo evitar los errores más comunes de fundadores Latinoamericanos

El próximo año, se cumple el vigésimo aniversario de la venta de Patagón.com al Banco Santander por más de $705M. Esta transacción, aún hoy, proyecta una larga sombra sobre el TecnoLatino (el ecosistema tecnológico de Latinoamérica) y no necesariamente en el buen sentido. Como gran parte de nuestra historia en Latinoamérica, el legado de la venta de Patagon.com es complicado.

Patagon.com demostró a los empresarios de la región lo que era posible: iniciar una empresa de tecnología en una zona poco glamorosa de Buenos Aires con una hermana y su novio, recaudar más de $65M por parte de algunas de las empresas más importantes del mundo, trasladar la sede de la empresa a Miami, y vender el negocio,  apenas 3 años y medio después de haberlo iniciado, por una pequeña fortuna.

Y para que la historia de Patagon parezca ser aún más improbable, la venta de la empresa fue anunciada tres días antes del inicio de la caída de la capitalización del mercado del NASDAQ. Seis meses luego de la venta de Patagon, el índice NASDAQ perdería más del 75 % de su valor. La oportunidad en la transacción de Patagon era cómo vender todos sus BTC a $15,000 en enero de 2018.

Si bien Patagon.com demostró lo que era factible, por si misma no representó un hito de éxito a ser reproducida por los empresarios latinos. Siendo uno de los directores de Patagon y abogado de planta que ayudó a estructurar la venta al Banco Santander, fui testigo y parte de lo que era viable, en la historia de Patagon.com. Desde la primera fila. En los años subsiguientes, al asesorar a más de 500 emprendedores latinos y  al ayudar a sus empresas a recaudar más de mil millones de dólares en financiamiento, he profundizado el tema de qué tipo de expectativas son realistas en el marco de un emprendimiento. Capté que la historia de Patagón no es aplicable a la mayoría de los empresarios latinos. 

Como parte de la empresa conjunta de PAG.law con LatamList, compartiré mis sugerencias con los empresarios latinos sobre formas para  atraer inversores internacionales, hacer crecer y expandir sus negocios globalmente y, más importante aún, para disfrutar del proceso. 

Error N.o1: “No eres un genio”

En Latinoamérica, no celebramos exactamente el fracaso. En Silicon Valley, el fracaso se suele celebrar como un paso necesario dentro del camino para aprender lo que funciona y lo que falla. En Latinoamérica, el fracaso suele verse como una tragedia personal que marcará el resto de la vida.

Los emprendedores que alcanzan la mayoría de edad en el “Silicon Beach” de Río de Janeiro, Brasil, el “Chilecon Valley” de Chile o el “Palermo Valley” de Argentina rara vez quieren mostrar signos de debilidad, ya que el fracaso es su mayor temor, para ellos y para sus inversionistas. Como es lógico de esperar, estos empresarios cometen un gran error cuando hacen sus presentaciones a inversores internacionales.

En Latinoamérica, el fracaso suele verse como una tragedia personal que marcará el resto de la vida.

He escuchado muchas presentaciones comerciales de emprendedores latinoamericanos que siguen esta secuencia: “Soy un genio. Mi empresa va a ser el próximo gran éxito. Y si no inviertes, te arrepentirás por el resto de tu vida”

Este mensaje de “FOMO” (fear of missing out, es decir, miedo a quedarse afuera) a veces funciona. Funciona cuando se trata con inversores menos experimentados de Latinoamérica. Esta falsa bravuconería probablemente sea la armadura con la que un fundador de una empresa tecnológica latina necesita cubrirse para protegerse de la fuerte presión social para no correr riesgos. Sin embargo, con un inversor internacional sofisticado esta arrogancia casi no funciona.

Cualquier fundador de una empresa tecnológica latina que tenga la oportunidad de reunirse con un inversor internacional debería repensar su presentación comercial. Un mensaje más atractivo podría seguir este esquema:

“Comencé esta empresa para resolver este gran problema. No tenía idea de lo difícil que sería el proceso. En los últimos años, hemos cometido errores, trabajado arduamente y aprendido mucho. Hoy, estoy más comprometido que nunca. Después de tanta sangre, sudor y lágrimas, finalmente hemos resuelto nuestra tecnología, conformado el equipo adecuado y, lo que es más importante, ahora entendemos exactamente lo que nuestros clientes quieren. Estamos recaudando dinero porque estamos listos para crecer y resolver este problema. Queremos hacerlo a nivel internacional. Estamos buscando un socio en este camino y pensamos que usted y su fondo serían una excelente opción.”

Cuanto más humilde sea el mensaje, más convincente será para un inversor internacional sofisticado (siempre y cuando, realmente, se esté tratando de resolver un problema serio, llenar un hueco tecnológico y que se pueda mostrar el progreso que ha logrado por la empresa). Como mi madre solía decir: “Deja tu ego en la puerta.”


En su próximo artículo, Juan Pablo hablará sobre otro error común de emprendedores Latinoamericanos y cómo evitarlo.

This post is also available in: English (Inglés)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

You May Also Like